Tuesday, November 11, 2008

Palabras de Roberto Bolaño


Transcribo algunos pasajes de una entrevista a Roberto Bolaño. Costó un poco, porque el audio está bastante bajo. El video dura más de cincuenta minutos, no tiene desperdicio.



El cuento al que te refieres: Henri Simon Leprince, que está en Llamadas telefónicas, es la cara buena de la Literatura nazi en América. Porque es un escritor que tiene todas las condiciones para que sea un miserable, un bufón, pese a sí mismo. Sin embargo es un hombre bueno, que ayuda a los demás. Creo, además, que lo digo en alguna parte del cuento: “Los grandes escritores no pueden vivir si no hay pequeños escritores a su lado”. Ese cuento está hecho, de alguna manera, como un cuento moral. Así como La literatura nazi es una novela sobra la práctica de la moral, en Henri Simon Leprince pasa eso; es un cuento ejemplar, en el sentido de novela ejemplar, de Cervantes. Es decir, es poner un arquetipo y mostrarlo en todas sus manifestaciones. Y acá entramos en algo terrible de la literatura: ¿Qué es un escritor menor?, ¿qué es un escritor mayor? Dentro de cuatro millones de años va a desaparecer, en Santiago de Chile, el escritor más miserable del momento. Va a desaparecer Shakespeare. Va a desaparecer Cervantes. Todos estamos condenados a la desaparición, no sólo física, sino a la desaparición total. No hay inmortalidad. Esto es una paradoja que lo escritores conocen bien de cerca. Hay escritores que se juegan todo por el reconocimiento: por la inmortalidad, palabra rimbombante, y palabra inexistente. En el gran futuro, en la eternidad, Shakespeare y menganito serán lo mismo: nada.


El extranjero

Huyo de los grupos. No soy nada grupal. Jamás pertenecí a un partido, de ser así, me hubieran echado al cabo de una semana. El pensamiento de grupo me aterroriza. Aunque esto no es aquello que me lleva a esos años de soledad y de lectura. Yo estoy muy aislado por cuestiones sociales, económicas. Una de las cosas que decía cuando llegué ayer: me parecía rarísimo sentirme rodeado de chilenos, yo me acostumbré a ser el único chileno. Para mí ser chileno es ser yo. A mí me han llamado muchísimas veces: “El chileno, ¿quién era el chileno?” Bueno, era yo. Siempre estuve en ambientes de extranjeros, de ser yo el extranjero.

Narrativa chilena

Hay varios escritores chilenos que me llaman la atención. Pero lo que me llama la atención de ellos no es el libro entero, sino algunas páginas. He leído algunas novelas chilenas que podían haber estado muy bien, pero la tensión narrativa no es sostenible. Y la estructura es de lo más vulgar. Incluso el argumento, la historia en sí, son cosas que yo leí a los dieciocho años. Son viejísimas. El escritor siempre habla de lo mismo, pero no de la misma manera.

Sunday, November 9, 2008

Morir dos veces

«El difunto había muerto al estrellarse contra el suelo tras ser arrojado por la ventana de un sexto piso ».

Auster, Paul, Un hombre en la oscuridad, Anagrama, Pág 147, 2008.

Wednesday, October 22, 2008

Algo en común













Bret escribió Less than zero en los Estados Unidos. Caicedo escribió ¡Que viva la música! en los Estados Unidos. Bret publicó a los 20. Caicedo a los 24. Para titular el libro, Bret eligió el título de una canción de Elvis Costello. Caicedo tituló con el nombre de una canción de Rey Barreto. La crítica norteamericana comparó la novela de Bret con The catcher in the Rye, de Salinger. Fabián Casas dice que la novela de Caicedo es el Catcher in the Rye de Cali. Hay un narrador en primera persona. Comparten un eje narrativo: adolescencia, rock, drogas, sexo.

¿Se habrán cruzado en alguna calle?

¿Bret Easton Ellis habrá leído a Caicedo?


Sin tetas no hay paraíso


«El hombre que tenía cara de asesino en serie, mirada de loco, cejas pobladas, pómulos salidos, quijada pronunciada y gafas de marco negro y grueso, le dijo que tenía dos minutos para demostrarle por qué no se tenía que marchar.
Pero Vanessa sólo le bastó un minuto para demostrarle que ella era la mejor. Al final, el anónimo personaje que vestía de luto quedó tan satisfecho con la versatilidad y la imaginación de la mujercita, que decidió, de todas maneras, pagarle el doble por sus servicios. Sencillo, por cumplir con la tarifa doble por haberlo llevado a las estrellas. Le pidió también que se convirtiera en su concubina, pero Vanessa, imaginando que la vida al lado de un depravado como él no iba a ser fácil, lo sacó de taquito con un argumento muy inteligente. Le dijo que no podía hacer eso porque ella tenía que ser muy honesta con él y le debía confesar el motivo de su renuncia a hacerlo sin condón. Él le preguntó el porqué y Vanessa no tuvo reparos en inventarle que ella estaba infectada con el virus del VIH, que no le quería hacer daño a nadie y que por eso le exigía a todos sus clientes usar el condón.
El extraño personaje soltó una carcajada y la empujó con cariño para luego decirle que no se preocupara, que no había problema alguno en que vivieran juntos puesto que él también tenía sida. (…)
Que ya una docena de prostitutas y otra docena de jovencitos de la ciudad estaban contagiados por él y que su meta era llegar a las cincuenta víctimas antes de morir
».

Fuente: Moreno, Gustavo, Sin tetas no hay paraíso, Grijalbo, p. 111.


Tuesday, October 21, 2008

Pasión

Un vecino, que rara vez habla, dijo que le gustaría oír la bocina de los autos en cada causa justa de protesta. Agregó que podrían ponerle la misma pasión que le ponen cuando gana un equipo de fútbol. El hombre se perdió en eso de las pasiones. Citó de memoria algunos diálogos de Platón, luego siguió con Schopenhauer.
No pudo entender el por qué de la pasión. Decidió marcharse a un bar. Dijo que unos tragos le iban a venir bien.

Monday, October 20, 2008

Crushing day

¿Qué es ese ruido?, dijo una señora con los ojos paralizados.
Luego de mirar a ambos lados dije: Es el equipo de música.
Ah, suspiró, por un momento pensé que había pasado la ambulancia.
En el aire crujía el último suspiro de Joe Satriani. Había sido el Floyd Rose.

Agenda de los medios I

Un grupo de floggers bebía un jugo Baggio al pie de un escalón. Uno de ellos lucía una remera estampada con el rostro inconfundible de Cumbio al mejor estilo Andy Warhol. Hablaban sobre la crisis financiera que sacudió a Europa, y analizaban la gestión de Cristina de Kirchner. Un flogger irrumpió la conversación. Dijo:

«Desde hace más de diez años los diarios santacruceños publican como tapa del día un choque. Deben pasar otros choques, supongo. » Todos asintieron. Otro agregó: «Además no sé si la crónica policial la escribe un periodista o el cabo de la Seccional Primera. »